El amor como una epopeya ancestral, como una lucha mítica en la que la pérdida y la muerte no son sino fases inevitables del dulce dolor que ayuda a tocar la felicidad absoluta. En esta historia Kieri, Tari y Ryo se aman sin estar ceñidos a ninguna circunstancia espacial o temporal; se aman en el presente continuo de una eternidad dictada por la esencia misma de su razón de ser.
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